EL USO DE LA IMAGEN EN LA EDUCACIÓN
De los materiales impresos a los digitales
Psic. Irene Martínez Zarandona
Trabajo publicado en:
Taller Latinoamericano para la elaboración de
materiales impresos en la educación de adultos.
CREFAL.
Pátzcuaro, Michoacán. Noviembre, 2001.
Introducción
Desde el principio de la historia, el hombre tuvo la necesidad de plasmar en imágenes su fascinación por el misterio y proyectando sus afanes por la inmortalidad, les otorgó dotes mágicas. Con ellas ha representado sus deidades y creencias y las ha utilizado como una forma de conmemorar o inmortalizar a sus muertos. La imagen ha ofrecido la oportunidad de expresar miedos, amores y cultos y permitió canalizar las primeras necesidades estéticas y sobre todo la posibilidad de imitar y a su manera representar la realidad.
La imagen siempre ha fascinado a los seres humanos. Es Abraham Moles (1973), quién nos dice “La imagen ha comenzado por la figuración, cuando el hombre ha intentado retener y cristalizar a través del tiempo un aspecto visual del mundo exterior. Quizás deba acoplarse la primera imagen al hombre primitivo, el cual cogiendo un tronco de leño carbonizado del hogar, trazó sobre el muro de la caverna el contorno de la sombra de su vecino”.
Durante siglos ha sido la depositaria del arte, en casi las culturas fue venerada, no por sí misma sino por la trascendencia que representa. Es a través de las imágenes que los seres humanos han logrado expresar sus más íntimos afectos, sublimar pasiones y conflictos, y gozar proyectando su sensibilidad estética. Imagen y arte son elementos complementarios de la creatividad humana, lo cual ha sido una constante civilizadora que a lo largo del tiempo y conforme la técnica ha avanzado, ha aumentado las posibilidades expresivas.
En el campo educativo, la imagen ha sido un medio para la enseñanza, recordemos su utilización como elemento didáctico, para adoctrinar a los elegidos en las cuevas, cuyas paredes conservan los vestigios de esas primeras imágenes plasmadas por el hombre. Desde entonces la imagen acompaña el mundo educativo e informático que nos rodea, sin ella la tecnificación de la educación sería simplemente exponerse a una máquina que transmite textos, sin la posibilidad de utilizarla como un instrumento que enriquezca la imaginación y canalice la creatividad.
En el presente ensayo sobre la imagen en la educación, se propone una reflexión del proceso comunicativo que se da entre la imagen y el ojo que la contempla, tratando de comprender la mirada de las personas para las cuales se diseñan los materiales didácticos.
Se propone que al utilizarse la imagen en la educación, ésta debe ser contemplada desde la doble perspectiva que postula la Educación para los Medios[1], por un lado una Pedagogía con imágenes, a través de las cuales se pueden transmitir contenidos ateniéndose a las distintas funciones de éstas y una Pedagogía de la imagen, para lo cual se hace imperiosa la alfabetización audiovisual del educador y el educando, con el fin de que sean capaces de leer imágenes y convertirse en receptores críticos de mensajes mediáticos, así como emisores creativos de sus propias obras.
Orígenes de la imagen
La imagen que en sus inicios surge con una connotación mágica, tiene un lenguaje que habla más a la sensibilidad que a la razón. La imagen surge en los albores de la civilización como una forma de recrear lo ausente. De enfrentar ese primer misterio que nace de la angustia ante la muerte, que el homo sapiens conoció y que el hombre contemporáneo aun no resuelve. La imagen surge como una salida a la angustia y los peligros de la noche, el dolor, la enfermedad y el misterio, el ser humano inicia la representación de la ausencia plasmando en algo material al otro que ya no está, la imagen se crea para sustituir e idealizar al ausente.
Régis Debray (1994), nos dice “Sin la angustia de la precariedad y la miseria no hay necesidad de monumento conmemorativo. Los inmortales no se hacen fotos unos a otros. Dios es luz, sólo el hombre es fotografía, pues sólo el que pasa, y lo sabe, quiere perdurar. De nada se hacen tantas fotos o películas como de aquello que se sabe que está amenazado de desaparición”.
El hombre ante su afán de sobrevivir inicia el camino creativo en la fabricación de herramientas y tecnología que lo ayuden a satisfacer sus necesidades corporales y ante el misterio de la muerte inicia su aventura civilizadora y empieza a crear lo sublime de sus creencias, sus explicaciones sin referente físico, su religión y sus teorías filosóficas. Miguel de Unamuno escribe que el hombre es “Un animal guarda muertos”, por ello crea esfinges para materializar sus afectos, aplacar a sus dioses e imágenes que llenen el vacío que dejó el fantasma del difunto.
El proceso de duelo ante la pérdida de un ser querido se supera al catectizar la imagen del ser ido, la imagen mental que se adueña de los deudos representa lo mejor del otro. Sigmund Freud (1973), al describir la labor del duelo que se lleva a cabo en estas circunstancias, dice: “El examen de la realidad ha mostrado que el objeto amado no existe ya y demanda que la libido abandone todas sus ligaduras con el mismo. Cada uno de los recuerdos y esperanzas que constituyen un punto de enlace de la libido con el objeto, es sucesivamente despertado y sobrecargado, realizándose en él la sustracción de la libido”, y podemos agregar para tener una mejor comprensión del hecho, que esa libido se proyecta a la imagen tanto mental como material que guardamos de los seres queridos que han muerto.
Imagen y magia, magia e imagen juego de letras donde se inicia la mediación entre las imágenes y el ojo humano que por miedo busca explicación y protección para sobrevivir a la angustia. De ahí parte paradójicamente la explosión vital y creativa que a lo largo de la historia ofrece las múltiples manifestaciones icnográficas que el hombre ha realizado y otorgado sentido.
Las imágenes sin mirada se han perdido en el tiempo, porque es el hombre a través de la religión, la cultura y la estética quién que les ha dado significado, las ha conservado y mimado.
Imagen y mirada
Una característica ineludible de la imagen, es que ésta siempre comunica. Es un mensaje a través del cual un ser humano transmite a otro ser humano valores, inquietudes, ideas y sentimientos. Entre el productor/emisor de la imagen, el contenido integrado en la misma y el receptor/interprete de la misma, se forman un sistema comunicativo, vivo y dinámico.
Es Gregory Bateson (1972), quién nos ofrece los primeros elementos para el estudio de la comunicación desde un enfoque sistémico, es decir, analizando la relación que se establece entre los dos polos que la conforman y observando el proceso de influencias mutuas que se produce entre ellos.
En el sistema comunicativo que aquí nos ocupa, la imagen representa y comunica pero es el ojo que la mira quién le da un significado, una utilidad, una metamorfosis cognoscitiva a esa comunicación, por ello ambas imagen y mirada forman un conjunto, un proceso que se retroalimenta a sí mismo, ya que no existe mensaje, de la una sin la otra.
Sin embargo en el mundo educativo se tiene la tendencia de pensar en la imagen desde la técnica y la época en la que se han realizado, por ello se considera conveniente analizarlas desde la doble perspectiva que ofrece la propuesta sistémica, reflexionando sobre la imagen y la persona que la contempla.
El valor y significado de la imagen se da con la forma de mirar que cada época, cultura, familia o individuo le otorga. Esto tiene su propia explicación en el ámbito psicológico, en el papel que la mirada de la madre tiene en el desarrollo del niño según D.W. Winnicott (1979), quién nos explica como la formación del concepto de sí mismo, esta íntimamente ligado a la forma en la que el niño es mirado, si la madre lo mira con amor este aprenderá que es digno de ese sentimiento, sin embargo aquel que no es visto tendrá siempre la angustia existencial por saber si existe y como existe, lo cual puede arrojar una triste sombra sobre su existencia. Cuando la madre mira al niño, lo que en ella aparece se relaciona con lo que él ve de sí mismo, como si este rostro fuera un espejo, “Si el rostro de la madre no responde, un espejo será entonces algo que se mira, no algo dentro de lo cual se mira”. P149
La misma imagen es vista de modo diferente por personas de distintas edades, niveles socioeconómicos y culturas diversas, dándole cada una distinto significado, por lo tanto no basta con hacer un recuento de los momentos cronológicos claves de la imagen, sino detenernos a analizar la mediación [2] con que es vista. Esto nos da mayores posibilidades para comprender al hombre creador de imágenes, al maestro que enseña con ellas, al que las utiliza para ilustrar o como adorno de su vivienda, el que la adora y le ofrece su culto, al personaje que estudia sus contenidos o disfruta con su composición y colorido.
Adorador, hedonista, consumista o crítico de imágenes, es la mirada del hombre la que le da significado le pone valor o precio como dice Juan Manuel Serrat; ejemplo de ello es el bosque visto por un pintor, un leñador y un comerciante, los cuales ven en él: la belleza de los árboles, la cantidad de troncos que pueden ser cortados por día y desde luego el último personaje que hace cuentas sobre el dinero que puede sacar de la venta de éstos.
En la educación debe ser considerado el mundo pletórico de imágenes en el que vivimos, la cultura audiovisual que poseen los educandos y tomar en cuenta que imágenes y miradas representan momentos culturales distintos y organizaciones del mundo diferentes. La técnica no sólo ha cambiado la elaboración de imágenes, sino que ha cambiando la forma en la que las miramos, la historia de la imagen no es sólo una cuestión de tecnología, sino una cuestión de idiosincrasia de la mirada. La imagen del presidente o de un Cristo es una presencia que puede o no inhibir conductas en una oficina, y no son los mismos bisontes de las cuevas de Altamira, los que vieron sus creadores y los que ven actualmente los turistas, ni contemplamos las pinturas rupestres al igual que lo hacemos con un cuadro de Velásquez, un cartel de Tolousse Loutrec o el personaje Woody de Toy Story, así como este último es visto de forma diferente por un adulto o un niño.
Es la mirada del hombre la que lo hace adorar una piedra y rendirle culto a una talla de madera, porque entre la imagen y la percepción fisiológica de ésta por el ojo humano, se encuentran una serie de mediaciones que ven lo invisible en lo visible, y perciben esencias que de ninguna manera tiene la imagen en sí misma. Y es en la educación de esa mirada donde el educador debe centrar sus afanes para preparar a sus alumnos a enfrentar la videoesfera que hoy tan intensamente nos envuelve.
Etapas de la mirada
Régis Debrey autor de la mediología (Estudio de los medios), haciendo lo que él llama la historia de la mirada nos habla de tres eras o etapas. Cada una de ellas tiene su propia temporalidad sin ajustarse a una historia de instituciones, economía o armamentos, ni mucho menos una historia del arte. Su análisis hace que las imágenes no sean tomadas como objetos o tipos, sino como apropiaciones de la mirada. Ellas pueden convivir en una misma persona, sociedad o cultura, por lo que actualmente somos contemporáneos de las tres.
El autor inicia su propuesta mencionando varios conceptos claves que determinan tres momentos y maneras de ver y que él divide en tres mediasferas:
- La logosfera, es la imagen que corresponde a la era de los ídolos. Va de la invención de la escritura a la invención de la imprenta. El ídolo no se parece al original porque es una imagen de lo divino, no vale por su forma sino por lo que representa. Este tipo de imágenes es realizado por un artesano, por ello su factura es anónima, y según como el artista ve el mundo natural. La comunidad lo acepta, porque no es una cuestión de estética sino de creencias.
- La grafosfera, o era del arte, se extiende desde la imprenta a la televisión de color. El arte es producto de la libertad, se hace sin temores, es la obra de la criatura frente a su creador. Es una liberación. Lo artístico se da cuando la obra tiene su sentido en si misma, está en ella es su razón de ser. El artista que lo hace no es anónimo, dice “lo hice yo”, con lo cual él mismo se reafirma, y el grupo lo reconoce. Se crea un campo estético independiente de la tutela eclesiástica y las creencias religiosas. “La imagen humanista se emancipa del culto y produce su propia cultura “.
En la época renacentista se desarrolla la imprenta y este logro va en detrimento del libro ilustrado medieval. Reflexionando sobre este punto vemos que la Edad Media realiza grandes imágenes en los vitrales góticos, los manuscritos, en los tapices y dinteles precursores de nuestra era visual. Con la imprenta las hojas de los libros se llenan de grises y negros, las páginas se elaboran sin imágenes hasta el siglo XIX con la aparición de las litografías.
Cuando surge la perspectiva y el gusto por las artes, se da una reducción de lo proyectado a lo percibido, es el fin de la mirada que transforma la imagen y le da sus propias significaciones, volviéndose mas realista e intenta copiar o parecerse a la realidad. “ Al final de la logosfera hay un artista que es Dios. Al final de la grafosfera sólo hay un dios, el Artista”.
- La videosfera, o era de lo visual, se inicia con el video y sigue hasta nuestros días, pasando por la imagen digital y el inicio del mundo virtual. La era visual, la imagen es sólo imagen, incluso sin un soporte técnico, provoca competencia económica y su obsesión es la reproducción y la batalla por la comercialización, la imagen se ha desmaterializado y su relación es económica.
Al igual que sucede con los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, estas etapas no se sustituyen unas a otras sino que se suman y pueden convivir en espacios y tiempos semejantes, se encadenan y cada una está en germen al finalizar la etapa que la precede. Cada una tiene una cosmovisión, un ecosistema de ver, una ideología y horizontes diversos de la mirada.
Tiempo
Respecto a la dimensión temporal cada una de estas mediasferas tiene su propio ritmo: el ídolo es la imagen de un tiempo inmóvil, síncope de eternidad, corte vertical en el infinito inmovilizado de lo divino. El arte es lento, pero muestra ya figuras en movimiento, y lo visual actual está en constante rotación, ritmo puro, con una verdadera obsesión por la velocidad.
Espacio
El concepto de espacio a su vez ha cambiado, el ídolo es autóctono, pesadamente vernáculo, enraizado en un suelo étnico. El arte en occidente, está dotado para el viaje. Y el actual concepto visual, es mundial, concebido desde su fabricación para un mundo planetario, global, universal.
La imagen en la primera etapa es controlada por el mago, el sacerdote de la tribu, elaborada por el artesano quién las hace anónimas y de alguna forma son de toda la comunidad. En la segunda etapa del arte es elaborada por el artista y quién la posee es una persona o grupo En la tercera etapa que actualmente vivimos, la imagen es elaborada por un empresario, una marca y se vuele espectacular. Debray incluso nos dice: “Cada época tiene su lengua materna. El ídolo se ha explicado en griego, el arte en italiano, lo visual en americano (inglés), Teología, Estética y Economía”.
En este mundo plagado de imágenes, donde el fluir de mensajes audiovisuales no nos permite detenernos a meditar, disfrutar o rechazar lo que vemos y oímos, y donde la sociedad parece imbuida en una carrera frenética para mostrar sin comunicar, informar sin decir, hablar sin escuchar y ver sin mirar, el educador requiere hacer una reflexión sobre la cultura audiovisual propia y de sus educandos, y utilizarlas con fines pedagógicos; porque la imagen ofrece una infinita gama de posibilidades didácticas y enriquecedoras, pero esto conlleva una trampa implícita de usarla sin una reflexión, sin una toma de conciencia de quién es el alumno, su sensibilidad, sus mediaciones culturales y personales, su vivencia estética, y sobre todo su personal manera de mirar.
La imagen en el contexto educativo mexicano
Hablar de imágenes como medios didácticos en la educación mexicana no es un tema estrictamente nuevo, la proliferación de imágenes que día a día se vierten en nuestros hogares, sólo viene a reforzar una educación perceptual, rica en si por todo el bagaje cultural que la antecede.
En México se tiene una cultura eminentemente visual, por la luz, las costumbres, el colorido de frutas y legumbres, la variedad de flores, el gusto indígena por las combinaciones contrastantes, la indumentaria policroma, somos un pueblo proclive a expresar conceptos a través de formas, contrastes y colores.
Desde la época prehispánica, nuestra historia es rica en manifestaciones visuales, la belleza estética de nuestros códices, son una muestra de la abundancia iconográfica que caracterizó a los pueblos antiguos, reflejados a su vez en manifestaciones pictóricas más modernas como la pintura la mural.
Estas manifestaciones fueron veta de inspiración de una imaginería que junto con la tradición española, integraron una cultura multicolor, plétorica de contenidos que se transmiten sin necesidad de palabras, original, simbólica y llena de significados que ha llegado a nuestros días a través de obras arquitectónicas, pinturas, artesanías, vestimenta, etcétera.
Es interesante recordar que fue Pedro de Gante que en siglo XVI hace el Catecismo de la Doctrina Cristiana en Jeroglíficos, para la enseñanza de los niños mexicanos, libro que está considerado como el más antiguo ejemplo de enseñanza visual en nuestro país.
Por otro lado la tradición escolar en México está caracterizada por múltiples cambios y reformas, podemos mencionar a los libros de texto gratuitos a partir de 1959, en los cuales es incluyó la imagen profusamente para facilitar el aprendizaje.
Existen también las manifestaciones con las que los maestros enriquecen sus temas con mapas, periódicos murales, franelógrafos,y las tareas de los niños donde se vierten sus inquietudes artísticas a través de dibujos y estampas con lo que enriquecen visualmente su trabajo.
Sin embargo es necesario reconocer que estas manifestaciones iconógráficas y preocupación por lo artístico no han corrido parejas a la proliferación visual que los medios masivos han conseguido y que son fuente de fascinación para niños y jóvenes, por ello el problema educativo se ha tornado muy complejo, por el abanico de diferencias socioeconómicas, étnicas, climáticas, geográficas y culturales, del país y la utilización de las imágenes no debe ser una imposición de éstas sobre el educando, sino ser un pretexto para que él mismo pueda expresarse, creando sus propios mensajes audiovisuales.
Hacia una Pedagogía con y de las imágenes
La tecnología que heredamos del siglo XX con la proliferación de medios de comunicación y las nuevas tecnologías informáticas han hecho de la imagen su forma de expresión, el canal por donde transcurre hoy por hoy la creatividad de sus artistas, aunque también son el medio por el cual se ha creado una peculiar forma de transmisión de ideología que se transmite tanto con los contenidos como por las formas de recibir y emitir los mensajes.
La videoesfera que hoy nos envuelve requiere de formas educativas acopladas a esta nueva forma de comunicar. Nunca como ahora las expresiones artísticas y culturales habían estado tan involucradas con lo visual y lo auditivo, el lenguaje audiovisual se ha entronizado y posesionado de la transmisión de ideas y sentimientos; los nuevos artistas son los primeros en fundir ambos lenguajes y crear las obras que distinguieron el final del siglo XX y son el inicio de lo que veremos en el siglo presente.
Sensaciones, texturas, colores y formas son producto de un medio ambiente que ofrece las oportunidades y riqueza de la estimulación visual y auditiva que incita al consumo indiscriminado de imágenes. Es necesario un entrenamiento para poder educar con la imagen, no basta con ilustrar los trabajos con estampitas o adornar las paredes con el artista de moda, cuando se usa una imagen no sólo se ilustra un tema sino que se da una interpretación, y se define una construcción social sobre ese mensaje.
Los estudios de Psicología indican que el bebe organiza su entorno y es capaz de ver y percibir formas y colores, la visión está presente desde el inicio de la vida, pero estas posibilidades perceptuales indican que se posee el equipo para ver, pero es labor educativa la formación para el mirar.
La alfabetización audiovisual, (lectura y escritura con imágenes), ayuda a comprender los mensajes de las imágenes con una actitud crítica y ofrece la posibilidad de realizar producciones propias con sus lenguajes. Se considera que la utilización de imágenes visuales y auditivas debe ser abordada desde el enfoque pedagógico de la Educación para los Medios, que integra los medios de comunicación e informáticos en la escuela, desde dos perspectivas complementarias entre sí:
- La pedagogía con imágenes, utilizándolas como una herramienta de apoyo a la enseñanza y al aprendizaje, siendo el vehículo a través del cual se enseñen los contenidos del curriculum.
- La pedagogía de las imágenes, ofreciendo la enseñanza de los lenguajes audiovisuales que las caracterizan, desmitificando con ello su producción y recepción.
Ambas perspectivas permitirán no sólo modernizar la educación integrando las nuevas tecnologías, sino lograr la parte más importante de todo proceso educativo, que es la formación de individuos pensantes, críticos y capaces de ofrecer sus propias respuestas y soluciones a los problemas sociales que los afligen.
Las posibilidades que los medios de comunicación y las nuevas tecnologías aportan a los materiales didácticos son múltiples, no sólo por las riquezas expresivas que encierran sino porque son herramientas que en las manos de maestro y alumnos son cauces infinitos de creatividad, su utilización debe hacerse tomando en cuenta:
- La pertinencia de combinar texto e imagen, definiendo claramente cual es la función que éstas cumplen para lograr un aprendizaje significativo.
- La idiosincrasia de los posibles usuarios del material, respetando sus mediaciones personales, familiares, culturales, tecnológicas e institucionales.
- La cultura audiovisual que poseen maestros y alumnos para integrar una educación de sus lenguajes y que las imágenes sean un medio de reflexión y verdadera formación.
4. Evitar la utilización de imágenes que conlleven estereotipos no deseados y mensajes contrarios a los valores que se quieren promover.
Es utilizando pedagógicamente las imágenes que los medios de comunicación y las nuevas tecnologías nos ofrecen, donde se encuentra la oportunidad de educarnos en las posibilidades expresivas del lenguaje audiovisual y donde transcurre la oportunidad que las nuevas generaciones tienen para enfrentar el mundo de imágenes y reales y digitales que será la tónica del futuro.
Bibliografía
1. Bateson Gregory, (1972), “Pasos hacia una ecología de la mente”, Editorial Carlos Lohlé, Buenos Aires, Argentina.
2. Debray Régis, “Vida y muerte de la imagen. Historia de la mirada en Occidente”, Ediciones Paidós, Barcelona, España, 1994. P 25.
3. Freud Sigmund, “Duelo y melancolía”, Obras completas, Tomo II, Biblioteca Nueva, 3era edición, Madrid, España, 1973. P 2092.
4. Martín Barbero, Jesús, (1987), “De los medios a las mediaciones”, Editorial G. Gilli, México, D.F.
5. Martínez Zarandona, Irene (1999), “La educación para los medios desde el constructivismo”, Revista Tecnología y Comunicación Educativas, No. 29, México, D. F.
6. Winnicott, D.W., 81979, “Realidad y juego”, Gedisa, Barcelona, España.
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